Por qué parte de mí, yo me pregunto,
Al fondo de mi cuerpo tú has entrado;
Me miro las narices, extrañado,
Y allí por el olor no te barrunto.
Si por los ojos, pienso al contrapunto,
Te habrían mis pupilas observado.
Tampoco por el ojo inmaculado
Que a pesar de ser ciego es cejijunto
Y nunca se abrirá hasta ser difunto.
Si por los oídos, habría escuchado
El ruido al caminar de tus tacones.
Por eso al valorar en su conjunto
Y haciendo de las pruebas un listado:
Concluyo que fue en sí por los cojones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario